Asfixia por alimentos, ¡ten cuidado!
Cómo prevenir riesgos de asfixia en tu hijo menor de 4 años
¿Sabías que el 50% de los episodios de ahogamiento son ocasionados por alimentos? De ahí la importancia de prevenir la asfixia por alimentos.
Los niños menores de cinco años son los que tienen un mayor riesgo de atragantarse o asfixiarse con algún alimento si no lo mastican bien. Es decir, la asfixia se presenta cuando un alimento queda atrapado en la garganta y vías respiratorias de los pequeños.
Esto hace que no quede espacio para que circule el oxígeno hacia los pulmones y el cerebro; cuando pasa esto por más de cuatro minutos, aumenta el riesgo de que el niño registre un daño cerebral o una muerte por asfixia.
Para prevenir estos extremos, la mejor forma de reducir el riesgo de asfixia, además de no ofrecer esa “comida peligrosa”, es haciendo hincapié en que los niños estén sentados a la hora de comer y enseñándoles a masticar con conciencia, sin reírse o hablar mientras tienen el bocado en la boca.
Evita darle alimentos difíciles de masticar durante trayectos en el auto; mejor ofrece galletitas que se deshagan de inmediato, como los Puff de Gerber, que son seguros.
Evita darle estos alimentos
Estos son los alimentos que tienes que tener mayor cuidado al ofrecerlos pues tienen mayor riesgo de causar asfixia, especialmente si tu hijo tiene menos de 4 años:
Salchichas: Por su forma pueden obstruir la tráquea. Es mejor ofrecerlas en pedazos pequeños.
Uvas enteras: Su forma ovoide y la piel delgada de esta fruta hace que los niños no puedan masticar correctamente. Si las ofreces, córtalas en pedacitos y quítales la piel.
Frutos secos: Al ser pequeños y duros, les es muy difícil a los niños masticarlos. Además, al ser tan secos, es más difícil tragarlos correctamente.
Zanahoria cruda: Suele ser muy dura, lo que dificulta masticarla. Ofrécela cocida o en puré.
Palomitas de maíz: Las cáscaras que quedan de la semilla en las palomitas pueden obstruir las vías respiratorias.
Caramelos y bombones: La forma y dureza del caramelo aumenta el riesgo de asfixia. Los bombones grandes pueden obstruir la tráquea si no se mastican correctamente.
Cucharadas grandes de crema de cacahuate: Como su textura es muy espesa y pegajosa, puede quedarse en el paladar o en la boca porque es difícil tragarla.
Trozos de carne y queso. Tienen un alto riesgo de asfixia porque tienen la forma y tamaño muy parecidos a los de las vías respiratorias de los niños.
Totopos o chips duros. Son alimentos que de no masticarse bien, pueden lastimar la garganta de los pequeños o atorarse en ella.
Goma de mascar. Ofrecer chicles a niños menores de 4 años aumenta el riesgo de sufrir asfixia o atragantamiento.
Es importante que siempre vigiles a tu hijo durante sus comidas y evites alimentos que parezcan muy difíciles de masticar o tragar.
Además de los alimentos, también se debe evitar darle a los niños objetos pequeños que pueden provocar asfixia como globos, monedas, canicas, juguetes con piezas pequeñas, pelotas pequeñas y baterías.
¿Qué hacer en caso de asfixia?
Lo ideal es que los papás tomen un curso de primeros auxilios, sin embargo, también existen medidas que pueden poner en práctica en caso de asfixia como: hablar a urgencias de inmediato. Si es menor de un año, ponerlo boca abajo e inclinado hacia abajo, para darle 5 palmadas en la espalda y después ponerlo boca arriba para aplicar 5 comprensiones en el pecho.
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