¿La leche materna tiene lactosa?
Aprende porqué este componente puede ser benéfico
Los bebés reciben una gran cantidad de nutrimentos a través de la leche materna y es por ello que se recomienda que sean alimentados al seno materno durante sus primeros 6 meses de vida y durante el mayor tiempo posible, ya que la leche humana contiene todo lo que ellos necesitan para desarrollarse y crecer de manera adecuada, sin necesidad de agregar otros líquidos o alimentos hasta comenzar con la etapa de alimentación complementaria.
Además de lo que ya se sabe sobre los increíbles beneficios de propiedades de la leche humana, hay nuevos hallazgos que demuestran una vez más que todos y cada uno de sus componentes están diseñados para las necesidades de los bebés.
Se descubrió que uno de sus componentes nutricionales más importantes, los oligosacáridos de la leche materna, también conocidos como HM-O (human milk oligosaccharide por sus siglas en inglés), son el tercer ingrediente más abundante en la leche materna después de la grasa y los carbohidratos.
Estos oligosacáridos están presentes en el azúcar de la leche conocida como lactosa. En este caso, la lactosa de la leche materna ayuda a la absorción de nutrimentos y tiene efectos prebióticos que ayudan a mejorar y mantener a la salud intestinal.
Es por este efecto prebiótico que los HM-O en bebés amamantados alimentan a las bacterias buenas en sus intestinos, ¡donde se encuentra alrededor del 70% del sistema inmunitario! Aunque no son la única forma en la que son absorbidos, estos hallazgos también demuestran que algunos nutrimentos también pasan al cuerpo a través del torrente sanguíneo para ayudar al desarrollo del sistema inmune del bebé más allá del intestino.
Las grandes cantidades de HM-O que contiene la leche materna ayudan a limpiar el tracto gastrointestinal de los bebés, lo que también ayuda a prevenir que algunos virus o bacterias se queden en el intestino, evitando malestares y padecimientos intestinales, además de ayudar en el proceso de maduración intestinal. La leche de vaca, por ejemplo, tiene muy bajas cantidades de oligosacáridos y uno de sus principales componentes es su proteína, la cual la hace más difícil de digerir y procesar para el sistema digestivo de los bebés durante sus primeros 1000 días.
Por eso, se recomienda iniciar y continuar con la lactancia materna durante el mayor tiempo posible; para que tu bebé pueda recibir todos sus beneficios.
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