Ser mamá: Una aventura dulce y desafiante ¿Estás preparada?
Bienvenida al mundo maravilloso de ser mamá, donde cada día es una nueva experiencia llena de amor y desafíos. Aquí encontrarás apoyo, consejos y un espacio para compartir tus vivencias en esta increíble etapa de la vida. ¡Acompáñanos en este emocionante viaje!
¿Estás pensando en tener un bebé? En realidad, nada te prepara para la maternidad. Además, no hay un “mejor” momento para comenzar una familia. Pero preguntarte “¿Estoy preparada?” puede ser útil para prever algunas de las realidades de ser madre y manejar tus expectativas, antes de comprometerte a tener un hijo. Revisa nuestra lista de preparación para tener un bebé con el fin de que puedas identificar la red de apoyo parental, obtener consejos sobre la creación de presupuestos con los que puedas estar lista para el costo de tener un bebé y más.
Muchas mamás sabían desde el primer momento que querían un bebé, muchas otras mujeres no saben si serán buenas mamás o piensan que deben esperar más tiempo para embarazarse. Si reconoces una o todas estas señales, ¡seguro estás más que lista para ser mamá!
Sopesa los factores en juego cuando estés pensando en tener un bebé
Iniciar una familia es una decisión inmensa. Sin embargo, hay muchos otros factores que podrían afectar la decisión de una mujer para iniciar una familia y cuándo hacerlo, por ejemplo, las finanzas, las metas profesionales, las consecuencias para la salud, la estructura familiar o incluso el medioambiente. Un buen punto de inicio cuando pienses “¿Estoy preparada para tener un bebé?” es considerar cuál podría ser el impacto de esos factores en tu situación individual.
¿Sabes bien por qué quieres tener un bebé?
Esto tal vez suene obvio, pero, así como te deberías preguntar “¿Estoy preparada para tener un bebé?”, también deberías hacerte la pregunta de si estás segura de que quieres tener un bebé. Y, claro está, asegurarte de que tu pareja o la otra persona con la que compartes la maternidad, si hay una, están en la misma página. Comprender y conocer tus motivaciones en torno a por qué quieres tener un bebé podría ayudarte a determinar si tienes la capacidad emocional para convertirte en madre.
Si la razón por la que estás pensando en comenzar una familia es porque te sientes presionada para hacerlo —ya sea de parte de la familia, los amigos o la sociedad— o esperas que un bebé mejore tu relación, tal vez lo mejor sea resolver estos asuntos antes de dar el salto hacia la maternidad. Presta mucha atención a tus sentimientos cuando pienses en tener un bebé o imagínate embarazada. Esto te puede ayudar a revelar cuán preparada estás en realidad a nivel emocional.
¿Estás lista para el cambio en tu vida que sería tener un bebé?
La maternidad es una montaña rusa de emociones —en especial al principio— ¡con muchos altibajos! Por eso es bueno tener expectativas realistas de cómo serán tus días y noches después de haber dado a luz. Tal vez haya muchos cambios y retos: por ejemplo, tu cuerpo, problemas alrededor de la alimentación y la interrupción del sueño, cambios en tu forma de socializar, cómo y dónde pasas la mayor parte de tu tiempo, así como los cambios en tu vida y patrones a nivel laboral.
Algunas madres también pueden experimentar sentimientos de soledad o culpa, presión —de otros o de ellas mismas— y tensión en sus relaciones. Tu experiencia específica será imposible de predecir por completo, pero te puede servir hablar con amigos y familiares sobre las suyas (pero ten en cuenta que las reacciones de todos son diferentes en torno a la maternidad) y hacer tu propia investigación para prever lo que pueda venir más adelante.
¿Tienes un presupuesto pensado para el costo de tener un bebé?
El dinero es un gran factor cuando estás pensando en tener un bebé: criar hijos puede ser caro y podría haber mucho que considerar, desde determinar si una incapacidad por maternidad pagada bastará para apoyarte hasta los costos potenciales del cuidado de los hijos y por supuesto la compra de las cosas necesarias para un bebé y más.
Antes de intentar embarazarte, lo mejor sería pasar algunos años ahorrando y haciendo presupuestos para el costo de tener un bebé, así, cuando llegue el momento, el impacto financiero será más fácil de manejar. Poner en orden tus cuentas bancarias antes de comenzar una familia puede mejorar tu resiliencia financiera y ayudarte a aligerar las preocupaciones de dinero una vez que seas madre, lo cual te permitirá centrar la atención en las actividades parentales.
¿Has pensado en un plan parental?
Ya sea que estés en una relación estable, planees ser madre soltera o compartas la custodia, es una gran idea invertir tiempo y consideración a cómo será ser madre. Por ejemplo, quién será su cuidador principal (si es que habrá uno), dónde vivirá el bebé, cómo se repartirán las labores parentales y hasta qué grado, y cuál podría ser la rutina del bebé.
También es buena idea considerar las decisiones y opciones de alimentación, desde el amamantamiento hasta la alimentación combinada y la lactancia en biberón, pues estas pueden tener un impacto en el cuidado del bebé y quién lo realizará. Recuerda, sin importar el arreglo parental que tengas, en esencia debe ser lo mejor para ti y tu familia.
Es bueno tener la mente abierta y mantenerte flexible para cambiar mientras encuentras soluciones a tu vida como madre y evolucionan las necesidades de tu bebé. Sin embargo, tener una estrategia holgada para trabajar puede ayudarte a crear el tipo de rutina con la que mejor se desarrolle un bebé, así como fortalecer la confianza en tu rol.
¿Cuentas con buenos sistemas de apoyo parental?
Se dice que se necesita un pueblo para criar a un niño. Así que pregúntate quién está en tu red de apoyo. ¿Puedes confiar en el refuerzo de una pareja o con quien tengas una maternidad compartida? ¿Tienes familiares o amigos cercanos disponibles y dispuestos a ayudarles a ti a y a tu hijo? ¿Puedes encontrar una forma confiable de cuidado infantil pagada, como una niñera o una guardería, a la que no tendrías problemas en recurrir si es necesario?
Si trabajas, ¿cuánto te ayuda tu empleador cuando pides licencia por maternidad o regresas a trabajar, ofreciéndote horarios flexibles de trabajo, por ejemplo? Saber quién está en tu equipo y qué papel pueden tener en tu nueva vida como madre puede ser útil para mejorar cuán preparada estás para el viaje de la maternidad.
Señales de que estás lista para ser mamá
- Ves bebés por todos lados: No, no es que el destino te esté poniendo bebés en todos lados y te esté mandando una señal, sino que tu radar de mamá está activado y ahora comienzas a fijarte cuando hay bebés cerca de ti… y, bueno, te darás cuenta de que hay bebés en todos lados. ¡Y los bebés son lo más hermoso que existe!
- Tienes un cuarto para el bebé: Seguro tienes en tu casa que actualmente es el estudio, cuarto de televisión o cualquier otra cosa, pero estás planeando que sea el “cuarto del bebé” y, mejor aún, la casa en la que vives ahora la pensaste para tener el cuarto ideal.
- Comienzas a fijarte en lo que es nutritivo y no: Sabes que estás lista para ser mamá cuando ya lees las etiquetas de los productos que compras, cuando sabes interpretarlas y te preocupa y cuidas bien todo lo que comes. Cuidar tu alimentación, además de hacerte saber que estás lista para cuidar de alguien más, es una señal de que estás preparando a tu cuerpo de manera adecuada para el embarazo.
- Buscas cosas de bebé: Muchas redes sociales tienen cosas increíbles para mamás, desde ideas de decoración hasta listas de nombres, consejos de nutrición y salud, moda, cuidados… ¡son muchísimas opciones! Si usas tus redes sociales para buscar cosas para tu futuro bebé y buscas cosas relacionadas con ser mamá, no lo dudes, es tu instinto por ser mamá.
- Eres más cuidadosa: Seguramente antes ibas y venías sin problemas y no pensabas en muchas cosas. Ahora es probable que pienses a detalle qué cosas son seguras en tu casa, si las escaleras necesitan un barandal más seguro o si el piso es resbaloso (sobre todo con un bebé que está aprendiendo a caminar). Pensar en tener un bebé también te lleva a planear hasta el más mínimo detalle que no te imaginabas. (Por ejemplo, ahora sabes que no debes tomar café durante el embarazo).
- Hablas de bebés con tu pareja: Seguramente hablas con tu pareja sobre nombres de bebé y cómo serían las cosas cuando tengan un bebé. Incluso pueden comprar cosas para su futuro bebé, buscan carriolas y buscan ropa o muebles de bebé a buen precio. Incluso ya han hablado sobre los turnos para despertarse cada noche para darle de comer. ¡Son un gran equipo!
- Conoces tus días fértiles: Seguro ya conoces bien tu ciclo a la perfección y reconoces cuando estás ovulando. Y, más aún, ya investigaste qué alimentos aumentan tu fertilidad y cuidas lo que haces y comes en esos días. Sabes que estás lista para tener a tu bebé cuando conoces tu ciclo y trabaja como reloj: ¡a la perfección!
Cuéntanos, ¿te sientes identificada con alguno de estos puntos?, ¿ya quieres ser mamá?, ¿estás pensando en ser mamá pronto?
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