Buenos hábitos del sueño en bebés
Un buen descanso es tan importante para tu bebé como una buena alimentación
Todos los niños son diferentes y aunque hay patrones en común, ninguno es exactamente igual a otro.
Eso también es evidente en cuestión del sueño. Hay algunos que desde los primeros meses de vida tienen ritmos regulares que les permiten dormir por periodos más largos, mientras que otros tienen patrones irregulares que pueden durar varios meses.
Dormir, un pilar clave en el crecimiento
Un sueño saludable es importante, especialmente en los primeros años.
La Academia de la Medicina del Sueño de Estados Unidos establece que:
- Entre los 12 y 24 meses, los niños deben dormir de 11 a 14 horas diarias, incluyendo las siestas.
- Alrededor de los 18 meses, un mayor porcentaje de niños solo toman 1 siesta al día, generalmente por la tarde.
Estos datos son estadísticos, claro que pueden variar de un peque a otro, así que tampoco te asustes si el tuyo no coincide exacto con ellos.
Patrones habituales de sueño
Edad | Horas totales de sueño | Horas totales de sueño nocturno | Horas totales de sueño diurno |
Recién nacidos | 16 | 8 a 9 | 8 |
6 meses | 14 | 10 | 4 |
1 año | 14 | 11 | 3 |
1.5 años | 13.5 | 11 | 2.5 |
2 años | 13 | 11 | 2 |
Crece mientras sueña
Cuando un niño duerme, se libera la hormona de crecimiento, se fortalece el sistema inmunológico, contribuye a que incremente la talla y peso de manera adecuada y a que alcancen sus hitos de desarrollo en mejor tiempo y forma.
Incluso, algunos niños un poquito “berrinchudos” como se suele decir, cuando empiezan a dormir bien cambian completamente: su humor mejora, responden y aprenden de otra manera, y su nivel de tolerancia a la frustración aumenta.
Durante los primeros meses, es normal que un bebé se despierte constantemente y que mamá o papá lo ayuden a volverse a dormir. Pero si para esta edad tu bebé sigue necesitando ayuda para dormirse, toma en cuenta estos 5 tips:
5 estrategias para buenos hábitos del sueño
1. Es diferente la rutina que tenías anteriormente con tu bebé, si lo que te funcionaba antes ya no lo está haciendo, es hora de cambiar de estrategia.
2. Establece una rutina antes de ir a la cama es indispensable. Hacer las mismas actividades de manera repetitiva llevará a que tu peque las asocie con la hora de dormir.
3. Si tu hijo despierta mucho por la noche, no es recomendable encender la luz ni cargarlo. Asegúrate de que su pañal está limpio y vuélvelo a acostar.
4. Analiza las actividades que te complican la rutina, como actividades estimulantes antes de dormir o que tu pequeño se te quede dormido en brazos. Es recomendable colocar al bebé en la cama cuando esté somnoliento, pero previamente a que se duerma.
5. Evita las asociaciones, en particular la de comer-dormir. Rompe con la idea, de que para dormir necesita el pecho sí o sí.
Lo importante no es dónde, de qué forma o con quién, sino qué tanto duerma. Tu labor es acompañarlo y ayudarlo a tranquilizarse, para que aprenda a conciliar el sueño por sí solo.
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